CICUTA
(Anca esta sentada en un banco em el parque. Esta llorando. Llega su amiga Roxi.)
R: ¿Que tal tía? ¿Estás llorando? ¿Qué pasó?
A: Nada, nada.
R: ¿Peleaste con Bobby?
A: No, no es eso. Bobby me quiere. No se atrevería causar una pelea. Mas que entiende que no lo quiero. Salgo con el sólo para que otros me dejen en paz.
R: ¿Entonces qué es?
A: Me voy de España. Para siempre.
R: ¿A Rumania?
A: Si. Los míos no encuentran trabajo desde hace unos meses y ahora se han quedado sin paro.
R: ¡Que mierda!
A: Nos hemos quedado sin dinero y no podemos pagar el alquiler. Mi madre dice que al menos tenemos una casita en Rumania y no pagamos el alquiler.
R: Tiene razón. Yo me lo paso bien cuando voy de vacaciones a mis abuelos. Me encuentro con viejos amigos, salimos de juerga…
A: Si, de vacaciones está bien, pero no para siempre. Me he acostumbrado aquí, con mis amigos…
R: Tambien rumanos.
A: ¿Qué importa?
R: Claro que importa. Vivimos en España. Debemos tener amigos españoles. Mi profe de teatro dice que nos integremos.
A: ¿Pues qué? ¿No nos integramos? Vamos al cole con españoles, tú vas a teatro con españoles…
R: Si. Pero no salimos con ellos. ¿Has tenido algún novio español? ¿Te has besado con alguno?
A: No, pero el año pasado me he enamorado del profe de gimnasia.
R: ¡Qué tonta! ¿Otro no encontraste?
A: Suerte que sólo se ha quedado una evaluación. Poco a poco se me pasó.
R: ¡Los ojos que no se ven, se olvidan!
A: Si, pero lo tienes que reconocer. ¡Estaba bastante bueno!
R: ¡Eso lo piensas tú! A mí me daba miedo. Era un poco racista.
A: Todos los españoles son un poco racistas.
R: ¡Todos no! Me caen bien.
A: A mí también, si no, no estaría yo aquí llorando porque me voy a Rumania.
R: Me acuerdo cuando viniste hace 3 años. Parecías tan triste como ahora.
A: Sólo llegar, me metieron en una clase con 25 rumanos y 3 españoles, la mayoría chicos. Los rumanos me dijeron “¿tú quién coño eres? Y a los españoles no les interesaba. ¡Estaba asustadísima!
R: Pero pasaste por todo esto bien y te hiciste un montón de amigos.
A: Exactamente, por eso estoy tan triste. Porque voy a dejar aquí mis nuevos amigos. Los viejos amigos de Rumania me tienen envidia por tener la suerte de vivir aquí.
R: Lo he notado yo también. Te sonríen en la cara pero luego hacen piña y te critican.
PASA UNA GITANA RUMANA……
G: ¡Dame por favor una monedita para comer….Venga, que viva toda tu familia!
LAS CHICAS QUIEREN EVITARLA
G: (insistente) ¡Que Dios os bendiga! Un poco de dinero…
R: Tía, somos rumanas, como tú. Y tampoco tenemos dinero. Vete a por los turistas.
G: ¿Sois rumanas? Vamos, dame las manos para que os adivine la suerte sólo por 5€.
ROXANA SE HECHA ATRÁS PERO ANCA INVITA LA GITANA
A: Venga, vamos, siéntate aquí y lee el futuro. Toma 4€, más no tengo.
G: Vale, lo haré por 4€.
SE SIENTA Y COJE EL DINERO, DESPUES LEE LA MANO DE ANCA
G: Lo que veo no está nada mal. Ahora estás hundida, pero pronto llegará alguien que te dará un buen consejo. Venga, dame 2€ más y seguiré contándote tu futuro.
A: Ya te he dado todo lo que tenia.
G:(se levanta) Entonces paremos aquí. Recuerda lo del consejo. No lo pases por alto.
R: (indignada) ¡Embustera! Mi amiga te entregó 4€. ¿Tú solamente esta tontería del consejo le puedes contar? Dile algo más.
G:(riendo) Aparta niña, que si no te echaré un mal de ojo que te cagas.
(SE VA)
R: (asustada) ¡Bruja!
A: ¡Déjala! Yo me conformo con que lo me dijo. Si es verdad, es para bien.
R: Me da pena que te haya pelado.
A: ¡Es mi dinero! Y no me arrepiento.
(ENTRA DRAGOS)
D: ¿Qué tal vosotras?
(Se besan)
R: ¡Ya ves! Comentando sobre el regreso de Anca a Rumania.
D: ¿Que te vas?
A: ¡Al parecer si! No tengo más remedio.
R: Sus padres, como muchos otros, ya no pueden aguantar más sin trabajo, tienen que irse.
Yo, desde luego, no entiendo esto de la crisis. De la noche a la mañana han desaparecido los puestos de trabajo. A ver qué vamos a hacer nosotros cuando acabemos los estudios.
D: ¡Uf! Estoy oyendo que hay montones de jóvenes sin trabajo. Viven del subsidio. Pero vamos a pensar en positivo. Hasta que nos graduemos nosotros, se van a arreglar las cosas.
R: Ojala. ¿Pero qué tal con Anca?
D: Me surge una idea. ¿Tú no estás con Bobby? Yo tengo entendido que su padre sufrió lo mismo que tu padre y de repente encontró un buen trabajo a través de un tío del Partido Popular. ¿No sabes nada de esto?
A: No tocamos mucho el tema del trabajo de los padres. Estamos hablando más de música, de películas, de moda, de cosas nuestras.
D: (riendo) Lo mismo que yo y mi novia. Pero escuché una charla entre mis padres: si es ético hacer propaganda para un partido por un trabajo.
A: No lo pio bien. ¿De qué se trata?
R: (levantándose mirando el reloj) Lo siento chicos. Me voy un rato a los chinos. Tengo que hacer unas compras y la tienda está a punto de cerrar. Vuelvo enseguida.
(Se marcha)
A: ¡Hasta luego!
D: ¡Adiós!
A: ¿Qué querías decir con la del padre de Bobby y el P.P?
D: Mis padres salieron de Rumania por asco de la política, de la vida social, del fundamentalismo de la iglesia ortodoxa. Han querido llevar en España una vida normal sin la intromisión de los políticos en la vida privada del ciudadano y sin tener que someterse a los políticos para un trozo de pan. Ni ellos, ni los amigos. Hasta ahora, cuando el padre de Bobby, que es amigo de mis padres se rindió y aceptó entrar en la política de España con el propósito de convencer a cuanto más rumanos que voten al P.P.
A: ¿Y qué más da? Ha conseguido salvarse. ¡Al resto que le den!
D: Bueno, yo pienso lo mismo. Pero mis padres son idealistas y no ven las cosas de la misma manera.
A: Tendrían que pensar en sus hijos. No en utopías.
D: Es cierto. Por eso te doy un consejo.
A: ¿Has dicho consejo?
D: Si.
A: ¡Eso es de miedo! Hace un rato una gitana me adivinó que pronto vendrá alguien a darme un consejo para salir del bache. Te escucho atentamente. ¡Suelta el consejo!
D: Pues nada del otro mundo. Dile a tu padre que hable con el padre de Bobby para presentarlo a los del P.P. Tu padre es profesor, aunque aquí trabajó de albañil. Mis padres dicen que esto están buscando los políticos, intelectuales, porque son líderes de opinión.
A: ¡Madre mía qué putada! Pero si éste es el camino de seguir viviendo en España me incorporaré yo también a la política. Gracias por el consejo.
(Abraza a Dragos)
R: (llegando con una bolsa en la mano) ¿Oye, qué está pasando aquí?
A: (radiante) Podremos gritar “Érica”, como Arquímedes. Hemos dado con la solución.
R: ¿Cuáles?
A y D: (juntos gritando) ¡La política!